lunes, 31 de diciembre de 2012

Chao pescao 2012



Como cada año en estas fechas comenzamos a hacer el balance de lo vivido y como es de costumbre lo malo viene a la cabeza y al corazón para llenarnos de esa típica sensación extraña de cada fin de año.

También como yo acostumbro dejaré lo malo en un rincon para dedicar estos minutos a agradecer o a sacar cuento de lo que uno puede aprender por las cosas que han sucedido.
el año comenzó con ese sabor amargo de dejar amistades en el camino, de decidir hacerse un lado de vidas que no tienen relacion alguna con lo que uno desea y con los votos de confianza que se esperan dar, más bien fue abrir los ojos y ver que cuando la reciprocidad se pierde no hay más que hacer. Este proceso fue doloroso e incómodo, fue en silencio pero acompañada de las personas incondicionales que me enseñaron a valorar lo que tengo, esas amigas que al pie del cañón aparecen en el momento indicado.
El trabajo fue otro item bastante extraño, con el desafío enorme de tener un primero básico y rodeándose de esas relaciones mal habidas de competitividad y exitismo que nada tienen que ver conmigo. Observando y sintiendo que a uno la tratan por como la ven y no por lo que realmente es y digamos la verdad que cuando uno no completa estereotipo alguno mal le va ante esos ojos superficiales. Así que el desafío fue mayor, pero del que me enorgullezco de haber cumplido con éxito, de tener logros más importantes que los contenidos sino de niños y niñas capaces de sonreír y vivir sin miedo a la alegría y el error, fueron el punto más alto porque removieron y ablandaron mi cuchara tóxica.
La familia como siempre se gana el primer lugar, ya que somos "una raza extraterrestre" como dice mi viejo, nos amamos y acompañamos, nos cuidamos y somos el mejor hombro para el dolor y la mejor sonrisa para el placer, siempre allí, más ahora que tenemos dos razones que nos enseñan a diario que la vida es una lucha enorme, pero que hay que darla. Tomás y Emiliano, lo mejor del año con todo lo que tienen, con lo hermoso de sus sonrisas y sus llantos conmovedores, sus palabras muy bien hiladas, conversadores y bailarines innatos, amantes de la risa como su nina y sin miedo al ridículo, herencia grata del papo. Los Muñoces Escobares son el pilar de cada uno, el mejor ejemplo de amarse y trascender y son míos ¡qué mejor!
Que decir de los amigos y amigas, las de años, desde la infancia, la escuela, la adolescencia, la Universidad, los trabajos, esos que aunque pasen los años siguen intactos, porque la vida nos hace avanzar pero no tiene porque cambiar lo que somos. La familia ¡cómo los quiero!!!
Hay tópicos que no valen escritura, pero debo reconocer que este año aprendí un poco más quien soy, de lo que deseo y merezco para ser feliz, aprendí que soy una tortuga para ponerme de pie al dolor más intenso del corazón, pero que mi camino lento va llegando a su fin y que es tiempo de salir al mundo a recobrar mi amor propio y mis sueños...

2012 gracias, por lo bueno, por lo malo, pero más aún por la oportunidad de aprender.

2013 apróntate que serás mío y que te sacaré el jugo




A mis amados compañeros de vida, que este nuevo año les sonría, abrácenlo con gran amor, que la energía fluya, que nos demos más abrazos y

conversemos con más sinceridad, que amemos y perdonemos, que aprendamos a ponernos de pie y que jamás dejemos de creer y soñar

¡FELICIDADES!!!

jueves, 6 de diciembre de 2012

¿Yo . madre? SI

Tiempo, tiempo de silencio, de encierro, de mirarme, de reconocerme,
Tiempo de enfocarme a mi trabajo
y dejar todo allí, mis mañanas y tardes, mis fines de semana
planificando, haciendo  material, volcada totalmente a ellos,
buscando fórmulas para que sean buenos,
para que aprendan y no le pierdan el gusto a la escuela.
Tiempo en que aprendí algo valioso,
más bien me reconcilié
con algo perdido hace unos cinco años
"la maternidad"
Cuando sentí que perdía mi feminidad,
que perdía la oportunidad de amar y trascender
le cerré la puerta a la idea de ser mamá,
pero hoy ha vuelto,
sin tanto temor a perder mi libertad,
porque soy yo misma quien la ha sepultado en los miedos,
sin tanto temor al deterioro de mi cuerpo,
porque esa gordura no me duele tanto,
sin tanto temor al amor
porque hoy es lo que más añoro
y para lo cual me siento preparada.
Bienvenida a mi la maternidad,
los sueños y la trascendencia
:)