viernes, 30 de octubre de 2009

"Ansias de tí"


Carolina estaba como todas las noches en su cama, sin poder dormir, miraba el techo de su habitación solitaria y de vez en cuando le echaba un vistazo al teléfono.
Sus manos sudaban del deseo incontrolable que sentía por llamar a ese hombre que unas noches anteriores la dejo tendida en su cama buscando respuestas a la sensación nueva que experimentó su piel, sus rincones, su amor propio.
Lleva años sola en su departamento y la mayoría de las noches las pasa acompañada por uno que otro hombre que la cautiva, despoja y sacude por unos segundos y que luego ella con la sutileza que la caracteriza despide a media noche, porque su sola presencia le asquea, prefiere verlos durmiendo a la intemperie que compartir su cama con ellos. Los toma, los usa, a veces los disfruta, otras se decepciona, pero ante cualquier evento la premisa es “se usa se va, ninguno se queda”.
Pero esta vez fue diferente, Andrés era de otra forma, la tomó de una manera distinta a pesar de que dicho encuentro fue netamente carnal, Andrés fue capaz de recorrer cada centímetro de su cuerpo, tomó sus pechos y los beso lentamente haciendo que sus pezones se erectasen sin verse grotescos ni sucios, toco su espalda palmo a palmo desde su cuello hasta llegar a su trasero, no la dio vuelta ni la puso en situaciones incomodas.
Paseó por sus piernas y sus pliegues, la tomó lentamente por la espalda, se poso sobre ella y comenzó a moverse, ella por primera vez no supo qué hacer y debió guardar todas sus armas de conquista sexual para dejarse llevar por este hombre que no era como los tantos otros cuerpos que había probado.
Carolina fue capaz de disfrutar cada segundo de ese encuentro, gozó de esos labios, se erizo con dichas manos y lo que más resonaba en su memoria era que en el momento del clímax Andrés miró sus ojos sin vergüenza, sin mentiras de amor, sin fingir ni actuar, sin perderse en su propio placer. Fue una mirada cómplice y fugaz, una mirada que caló hondo en su ser, una mirada sin sabor a enamoramiento o a rencor, una mirada nacida del instinto y del placer, una mirada que no podía olvidar.
Estaba Carolina enfrascada en esos pensamientos rememorando ese momento un poco excitada al recordar a Andrés posándose sobre su cuerpo cuando sonó el teléfono, ella un poco apremiada por la situación tomó el auricular y fingiendo naturalidad contesta:
- Hola, ¿quién es?
- Hola Carolina soy Esteban ¿cómo estás?.
- ¿Esteban?, disculpa pero no logro reconocer quien eres.
- Oh que tristeza, estuvimos hace unas semanas en un bar y luego me invitaste a tu departamento. Nos conocimos por una amiga tuya, Rebeca.
- Ah, hola Esteban, ¿cómo conseguiste mi número?
- Me lo dio Rebeca, le insistí porque tengo muchos deseos de verte.
- Disculpa pero estoy sin tiempo, déjame tu número y cuando pueda yo te ubico.
- No gracias, sé que no lo harás, ya me lo dijo Rebeca.
- Pfff, si ya lo sabes, entonces para que me llamaste, disculpa Esteban pero pierdes tu tiempo. Adiós
- Chao Carolina, de igual forma esperare tu llamado, te dejo un beso.
¡Qué mal momento para llamar! - pensó Carolina-, salió al balcón y encendió un cigarrillo, fue a su refrigerador y sacó una botella de cerveza muy helada para acompañar la noche calurosa y para aplacar la temperatura que tenía su cuerpo.
No podía dormir, ni creer que un día viernes estuviera en casa esperando una llamada que no llegaría, ya habían pasado un par de semanas de dicho encuentro y no había rastros de Andrés, solo su número y el orgullo de Carolina que le impedía buscarlo.
Terminó su botella, encendió otro cigarrillo y llamó. Su voz temblaba, hacía mucho tiempo que no tomaba la iniciativa con el objeto de establecer un contacto más allá de una noche o unas noches al mes.
Sonó ocupado y con ese deseo incontrolable de sentir nuevamente a Andrés se fue a la cama. En el calor de su cama a eso de las 3:45 de la mañana suena su celular, era un mensaje y era de Andrés. Carolina no podía creerlo, lo leyó y decía “sal al balcón, estoy esperándote”.
Salió rauda sin pensar ni preocuparse de la apariencia que tenía de recién despertada. Miró a todas partes y en un escaño de la plaza que estaba frente a su edificio estaba Andrés, con una chaqueta con su cuello subido fumando un cigarro moviendo con los pies el maicillo de la plaza.
Carolina bajo corriendo la escalera, lo miró y lo saludo una vez más fingiendo que nada sucedía en ella al verlo, es decir, nada especial como si pasaba.
- ¿Cómo estás; qué haces aquí Andrés?
- Bien Caro, vi tus llamadas perdidas y decidí venir a verte, la verdad pensé que no deseabas verme como lo nuestro fue tan fugaz y espere por semanas una llamada tuya, algún indicio para buscarte.
Carolina no supo que responder temía enfrascarse en una conversación que llevara a Andrés a convertirse en ese tipo de hombres que detestaba, que hablan y hablan de sus experiencias creyendo que conocen a todos los tipos de mujeres sin ser capaces de sorprenderse con la diferencia que ella podía entregarle.
- Pasemos a mi departamento Andrés, allá conversamos, mira que me estoy enfriando y Andrés para distender el ambiente le dice ¡fría tú, jamás! La risotada entre ambos los relajo y Carolina pensó “esto está pasando, debo cambiar mi lema, se toma se usa y esta vez se queda y para siempre”
Entraron ambos al departamento, se bebieron unas cervezas y conversaron trivialidades con sabor a chocolate, desde el clima a la televisión, de la política actual al sistema de transporte, pasaron la noche intentando darle sentido a la inmortalidad del cangrejo, hablando de amores y penas, de frustraciones, de utopías.
Se fueron a la cama encendidos por el deseo y con el alcohol de afrodisiaco, se besaron, tocaron, poseyeron, una y otra vez entre quejidos y miradas, sus cuerpos cómplices, sudados, entrelazados con piernas y brazos de soporte, besos y más besos, entremezclados con el sabor de ambos, húmedos y carnosos, cuerpos amándose y entregándose hasta la máxima expresión del placer.
Y allí estaban en la cama Carolina junto a Andrés, pero en un instante vino a ella una terrible sensación de echarlo de su lado y sacarlo de su cama.
Quizás no era tan fuerte el deseo de estar junto a él y sí era uno más, estaba perdida en esos pensamientos cuando su mirada se encontró con la de Andrés y este manteniendo fijo sus ojos le dice ¡tengo ansias de ti Carola, tengo ansias de quedarme aquí más de una noche!.
Carolina lo besa en la frente y se queda a su lado, buscando dentro de ella el deseo que unas horas antes la invadía, el deseo de que ese hombre la acompañase y no pudo dormir en esa búsqueda.
Volvió a mirar el techo de su habitación y se dijo a sí misma “no has cambiado nada Carolina, no has cambiado nada”.

domingo, 25 de octubre de 2009

RECUERDO

Otra de las grandes historias que he escuchado.Recuerdo muy bien ese día en que viajé a Peumayen a escuchar a Ismael en vivo, con sus hermosas historias hechas canciones. Esta es una de las que més me gustan y aquí va la bella introducción que el hace al tema. Solo me queda la esperanza de que las cosas un día sean diferentes.


... "Quizá les haya pasado en alguna ocasión, quizá alguna vez caminando por calle les pareció ver entre el tumulto de la gente a una persona a la que amaron hace mucho tiempo.
Apenas fue un instante, un breve destello de luz, lo suficiente como para dejar una quemadura en la retina y en el alma. Lo suficiente como para dejarte paralizado en mitad de la acera sintiéndote a contracorriente de todo, sin saber muy bien que hacer o que decir.
Y se le llena a uno la cabeza de recuerdos.
Y acaso es que no estas seguro de que se trate de esa persona porque primero fue como digo un breve instante y en segundo lugar porque hace tanto desde la última vez que os visteis que todos hemos cambiado en este tiempo y tu también aunque a veces te niegues a reconocerlo.
Y esta bien que así sea.
El caso es que entonces uno queda dudando en mitad de la acera, pensando si no será uno confunde la realidad con el deseo. Quiero decir que quizá si se trate de esa persona pero a lo mejor no, a lo mejor uno lo desea tanto que la inventa entre la gente, desapareciendo y apareciendo, apareciendo y desapareciendo.
Y no digo que quedara algo urgente por decir, algo pendiente, quizá no sea eso, quizá sea un deseo inconsciente y uno solo quiere encontrarse con ella para decirle cualquier tontería.
Quizá para recuperar un retazo de aquellos tiempos en los que éramos eternos e invulnerables.
Quizá solo para decir: ¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo?, qué fue de nosotros, qué ha sido de mí...
… Pero si sé algo, sé que un día todo cambiará. Espero que más pronto que tarde, pero, un día las cosas se harán diferentes.
Un día el muchacho entrará en el vagón y la encontrará en el asiento de enfrente, radiante y luminosa y se acercará a ella, y le hará la pregunta que siempre le hace al terminar la canción.
Y un día todo cambiara, ella se levantará de su asiento sosteniéndole la mirada.
El metro detendrá su ritmo, todas las cabezas se giraran hacia ellos.
La ciudad también se detendrá, la gente parada en las acercas, los coches en mitad de la calle, las palomas emprenderán el vuelo.
Ella se acercará mucho a él.
Y un día le responderá de forma muy diferente de cómo lo hace en la canción….

Recuerdo Ismael Serrano

sábado, 17 de octubre de 2009

Alma Mía


El otro día tuve una conversación de aquellas, esas que te dejan en vela por largas horas pensando el por qué no la tuvimos antes. De dicha conversación salió a la luz lo que mis palabras han escrito por años pensando en ciertas personas o relatando ciertos hecho.
Mi interlocutor de dicho día provocó en mí las ganas de buscar mis líneas de hace unos años, las que muestran mi esencia, la misma que hoy relata como pasan los días en su vida.
Es por esta razón que entre buscar y avergonzarme por lo que pude expresar en algún momento que me tomé la licencia para publicar un escrito, palabras forjadas a punta de sensaciones y libertades, las mismas que hoy me movilizan. He aquí un poco de historia...

"Sonríeme alma mía,
mira a mis ojos por un largo rato,
no dejes que el cansacio o el sueño te venza,
más solo mírame,
que yo espero anhelante chocar con tus ojos
para saborearte con tu sola energía,
para conectarnos con un pestañear,
sólo mírame alma mía.
No lo hagas cuando tu corazón tiene odio
porque así transformas el mío
y puedes jugar con él a romper los sueños.
Mírame alma mía y sonríe porque aquí está tu ángel,
que se desplaza por los aires buscando una respuesta al hecho de amarnos.
Sólo haz eso,
ámame cada segundo más,
para que tu muerte sea el perderme,
para que tu dicha sea tenerme,
conviértete en uno junto a mí,
no sólo en nuestros cuerpos sino también con el corazón.
Espera acechante mi venida
para disfrutar juntos el simple momento
en que nos tomamos de las manos y perpetuamos el adiós
siempre con la esperanza de reencontrarnos.
Búscame alma mía y juega conmigo a ser felices,
cumple mis sueños, acaricia mis anhelos
y sirve de pedestal para cuando necesite llegar alto,
para que venzamos juntos
y seamos libres el uno en el otro.
Haz todo lo que te pido para así saber que me amas
y mejor será tu recompenza.
Porque tu eres mi victoria y mi luz
porque te miro y entiendo
lo que siente la arena cuando la acaricia el mar.
Sólo ámame alma mía
como yo lo hago
sólo ámame"

30 de agosto de 2004

miércoles, 14 de octubre de 2009

CREO


Creo que estaba dormida.
Creo que perdí mi tiempo.
Creo que no consigo ser y verme como quiero.
Creo que la nostalgia me invade cada 14 del mes, cada día fértil el cual identifico desde que invadieron mi cuerpo con máquinas, hielo y reproches.
Creo que Ismael me inspira y cada vez que lo escucho tomo un lápiz y seco mis lágrimas.
Creo que soy bipolar y tengo déficit atencional.
Creo que debí escribir todo lo que sucedió antes de hoy.
Creo que no encontraré el amor.
Creo que el futuro no es para mí.
Creo que no ejerceré mi carrera.
Creo que algún día tendré una banda y podré cantar y cantar.
Creo que escribiré un libro y podré dejar de redundar y repetir frases.
Creo que viajaré aunque dudo de la compañía.
Creo que mis amigos no me necesitan como yo a ellos.
Creo que mi padre se decepcionó de mí y para siempre.
Creo que mi madre envidia mi libertad y por eso no me deja tranquila.
Creo que Dios no existe a veces y ahí ¡cago!.
Creo que existe y cago de nuevo.
Creo que soy mala porque soy capaz de matar.
Creo que no tengo limites para nada y soy una inadaptada.
Creo que he vivido muchas veces pero me falta mucho para llegar al Nirvana.
Creo que soy una hija de la naturaleza (de ahí el nativa) del viento, el mar, la arena, los bosques ya que son los únicos que me calman.
Creo en el poder de las energías, en la envidia, en las malas vibras.
Creo que mi hermana se siente frustrada y descontenta.
Creo que la otra no se cansa de buscar la perfección.
Creo que mi risa es agotadora y mis lamentos también.
Creo que el sueño me vence a las 3 de la tarde.
Creo que me dormí con el lápiz en la mano intentando descifrar en que otras cosas creo.
Creo que mi historia algún día será canción.
Creo que muero de ganas por fumar hierba y dejar que esta haga lo que quiera conmigo.
Creo que debo terminar lo que comencé.
Creo que iré a mi computadora con una taza con agua de hierbas para calmar mis dolores del cuerpo y del alma.
Creo que el silencio me mata y hoy estoy agonizando.
Creo en mí.

martes, 13 de octubre de 2009

El breve espacio en que no estás


Después de mi brusca confesión de ayer basada en la molestia que me causan los interrogatorios y cuestionamientos me he puesto a oír música y buscar textos escritos hace mucho tiempo. Entre tanto oí una de las canciones que más me gustan de Milanés con Rodríguez y me sentí tan calma al interpretar en sus líneas un poco de mí, que me fue inevitable escribir acerca de esto.
“El breve espacio en que no estás” allí describen lo que soy y como me siento, partiendo por el “suele ser violenta y tierna, no habla de uniones eternas” amo esas líneas, más hoy, que en la quietud y el aroma de mi habitación rememoro episodios en los cuales me convierto en aquella que no pide nada a cambio de lo que da. Esa que escapa de uniones eternas, de trascender, de establecerse en un hogar con aroma a frustración, esa que desea no olvidar cada aroma que está anclado en su memoria, olvidar sabores que evoca cuando moja sus labios deseosa mirando el techo de su habitación, esa que vive su vida al máximo libre y egoísta, monótona, utópica, busquilla y creadora.
Otra parte que me identifica es “le gusta la canción que comprometa su pensar” y me vi allí con mi bandera de lucha alzada sin vergüenza ni temor al qué dirán, consecuente (sólo a veces, debo admitirlo) con mis ideales y con lo que quiero de mi vida… No he parado de reír recordando por ejemplo el día de la marcha por la píldora del día después con mis amadas féminas luchando por lo que creemos nos pertenece y luego la incógnita que sembré entre aquellos que creen en Dios y no se dan el espacio para detenerse a mirar cuantas veces erramos sin tener a Dios guiando nuestros actos y palabras, esos que me critican por creer en el poder que tengo sobre mis días y sobre mi vida.
¿Te quedarás? Temo mucho a la respuesta de un jamás (otra línea de dicha canción), y así voy dejando huella sobre algunas vidas sin quedarme ahí para ser testigo de estas y de su avanzar, ¿por qué desear quedarse en un sitio si el poder nómade que me atrapa me insta a recorrer viajando por sentires y actores?. Pero acá me entra la duda de que siente el otro cuando sabe que la respuesta es un jamás, o más bien un quizás, un depende, un a corto plazo, o un no eres lo que esperaba o deseo para mí. Y pensando en eso recordé como me he sentido cuando esas respuestas han sido para mí y me nuble por unos segundos con un dolor enorme en mi vientre y mis brazos cortados, fue un viaje al pasado mirando de fuera a la negra con cara de derrota y angustia, de nostalgia y burla. Pero ¿debiésemos pensar siempre en el otro?, en el cómo se sentirá. No, insisto que no, alargar el hilo como se dice es peor, desgastarse y perder el tiempo por temor a sufrir es la cobardía misma.
Y así entre oír dicha canción y buscar en mí lo que provocan sus líneas desde cerrar mis ojos y sonreír, hasta recordar con angustia y esperanzarme con mis días venideros.
Sólo espero después de esto conseguir algún día ser para alguien no perfecta pero si acercarme a lo que soñaron, que miren mis ojos y me pidan que me quede y yo sin vacilación diga ¡Sí me quedo!

"El breve espacio en que no estás"

Todavía quedan restos de humedad
sus olores llenan ya mi soledad
en la cama su silueta, se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio en que no esta...

Todavía yo no sé si volverá
nadie sabe al día siguiente lo que hará
rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena
no me pide nada a cambio de lo que da...

Suele ser violenta y tierna
no habla de uniones eternas
mas se entrega cual si hubiera
solo un día para amar
no comparte una reunión
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar...

Todavía no pregunte: te quedaras
temo mucho a la respuesta de un jamás
la prefiero compartida antes que vaciar mi vida
no es perfecta mas se acerca a lo que yo
simplemente soñé...

lunes, 12 de octubre de 2009

Amor Civilizado


En la historia de mi vida, o más bien en mis últimos 7 años muchas personas me han invadido con preguntas y me han pedido explicaciones acerca de lo que pienso y como practico mis maneras de amar y como me relaciono indistintamente con hombres y mujeres en términos de amistad, me he visto decir las típicas frases ultra manoseadas acerca de que no todos somos iguales y que las cosas cambian, que existe el perdón, que las segundas oportunidades nos hacen mejores personas, que hay prioridades y no todos queremos ser madres por ejemplo o establecerse y estabilizarse con una sola persona por mucho tiempo, o quizás como se dice "hasta que la muerte nos separe". Me he sentido señalada y cuestionada por mis argumentos y he llegado a dudar si mis formas están demasiados erradas o yo no he querido creer en el amor y en como debe sobrellevarse la experiencia de este.
Me he descubierto egoísta y banal al poner primero mi amor propio que el de un supuesto otro, y he sentido que mis esfuerzos por ser feliz y sentirme feliz se arruinarán apenas de mi brazo a torcer y me vuelva una dama excepcional capaz de amar a la antigua al más puro estilo "contigo pan y cebolla".
He descubierto que a pesar de lo distintos que somos repetimos los mismos errores y le damos espacio a cosas que uno postula jamás debiesen existir en una relación como la infidelidad, la violencia, el engaño, pero siempre hay un espacio para eso cuando nos relacionamos con otro y desnudamos todo lo que somos con defectos imborrables y mañas más que arraigadas.
He descubierto que no soy la única, que mi diferencia me ha hecho encontrarme con personas que no me apuntan con el dedo, que entienden mis trancas y no me mandan al médico por no querer tener hijos, o me tratan de prostituta (maraca mejor dicho) por seguir mis instintos, lo que siento.
A veces desearía probar un poco de esa pócima llamada estabilidad, o de aquella llamada estructura para probar que se siente el llevar una vida llena de límites que mantengan a raya la cordura de la que carezco, con las reglas claras hasta para sentir, y sin miedo a que pase el tiempo, estable, tranquila, sin nada que perder, con el destino escrito y con la goma de borrar en la mano por si suceden algunos eventos que hagan trastabillar el ideal de vida.
Hay veces en que quisiera poder salir de mi misma para observar si mis vaticinios sobre mi futuro son certeros, y si mis actos instintivos y libres me conducirán a sentirme plena, sin necesidad de estructuras ni limitantes.
A veces quisiera sentirme segura de todo y no tan vulnerable a cuestionamientos que no tienen sentido, y que vienen de personas a las que no le ha servido de nada elevar un discurso sobre como hacer las cosas mientras no son capaces de disfrutar con lo más simple y con los cinco sentidos alerta a cada estímulo que nos entrega el ambiente, desde un aroma a un rico beso.
Me quedo con la letra de mi querido Joaquín Sabina quien al igual que yo no quiere un amor civilizado ni nada por el estilo, quiero sentir y no dejar de hacerlo, quiero mirar a mi alrededor como loca y tropezar con la misma piedra si es necesario, quiero locuras y muertes por amor, por amor desde las entrañas que no necesita nombres, que no necesita de términos trillados como fidelidad o lealtad porque lo lleva intrínseco, simplemente es, quiero amores que matan y que los que han osado cuestionar mis formas ojalá puedan disfrutar de esto que yo siento, que es una mezcla de sabor a maté con una manta sobre la espalda contemplando el mar.


"Y morirme contigo si te matas" Joaquín Sabina
Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero cortarme la coleta,
mudarme del planeta,
brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
nunca supe llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni te quiero sin ti.

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.


domingo, 4 de octubre de 2009

DESVELO


Estos días se han tornado extraños, he tenidos sensaciones nuevas en todo sentido, desde mis lágrimas hasta mis carcajadas son nuevas, es un descubrirme a cada instante y extrañarme a la vez por mis rarezas o mis sentimientos.

He extrañado como loca y he deseado esa compañía por mas tiempo, por un largo e interminable tiempo, he temido y arrancado también de esas palabras hirientes que suelen llegar a mis oídos luego de un goce de labios osados.

Me he desvelado temiendo que las palabras de "San Cachirulo" se cumplan, como cuando miró mis ojos y me dijo "no porque no te haya pasado antes significa que no va a sucederte" ¿cómo puedo interpretar dicha frase tan ambigua pero a la vez tan real? quizá pensé puedo quedar embarazada, puedo volver a tomar un cigarrillo de hierba entre mis dedos y enloquecer con su sensación, puedo enamorarme o reenamorarme, puedo herir y quedar sola, puedo enfermarme por descuidada (como si sucedió), puedo buscar respuestas sin que existan. Así he estado varias noches aguardando para darle sentido a estas nuevas sensaciones que me llenan, me atormentan pero a la vez me hacen feliz.

Pero hay otras cosas realmente más importantes que me hacen desvelar, mis desvelos de corazón y cuerpo son culpa tuya, culpa tuya corazón ansioso, temeroso, loco e infantil, insaciable, corazón herido y reconstruido mas de una vez, corazón virgen de amor, virgen de verdadero amor, ansioso de dicho amor, corazón que maneja mis acciones de las que me avergüenzo en ocasiones y de las que me admiro en otras, tú, corazón causante de noche en vela tratando de descifrar con palabras lo que quieres decirme, pero no puedo, me cuesta, no soy capaz de entenderte o más bien no quiero entenderte por miedo a saber lo que realmente quieres.

¿Qué quieres corazón mío?, quieres acaso que diga si a esa propuesta, o diga definitivamente que no, quieres que busque a aquel que mueve este cuerpo y es un enigma que debo descubrir, ¿qué quieres corazón?, quieres que tome la iniciativa y vaya en busca de esos ojos a los que ame a primera vista, o asuma que el primer amor es el que vale.

Corazón culpable, corazón volátil y escurridizo ¿hasta cuando más me tendrás aguardando noche a noche una respuesta?, desvelo de cada noche que me aprieta el pecho y hace correr mas de una lágrima, desvelo que me alienta a buscar respuestas, pero hace que me sienta cada vez más cobarde, desvelo que quiero que acabe.

Esos son algunos de mis desvelos, de mis rarezas, de mi rutina, de mi monotonía que haga lo que haga me absorve cuando me tiendo en mi cama. ¡¡¡ hay corazón culpable, no dejes de latir, pero dejame dormir!!!!