viernes, 25 de junio de 2010

Amé y odié


Volvieron a mi las lágrimas nocturnas con Clementine, Joel y Javiera de compañeros y me invade esa sensación de dolor y miedo que nos mantuvo conversando hasta altas horas, sentí recorrer el miedo por mis poros viendo ojos llenos de iras y golpes a la pared para no darlos contra mi rostro.

Vi manos sudando por la frustración, ojos llorosos y lastimeros, vi hombres a mitad de la calle gritando mierda al que se le atraviese y temí, temí por largos segundos, temí por años y temí anoche.
No pude dormir, no pude soñar y no pude sacar de mi mente los recuerdos invasivos, las imágenes que dejé guardadas hace años en otro lugar.
Fue extraño, fue doloroso, pero principalmente FUE y ame eso, amé el poder escapar a tiempo, amé el tener el valor de aceptar la soledad, amé mi osadía para decir que nada más y amé el presente.

Ya no hay lazos, no hay voluntades impuestas, no hay nada...

Quedó miedo arraigado en mi vientre, quedé impresionada de mi poco amor propio, quedaron las ansias por borrar de mi mente esa historia, pero sin el deseo de repetirla.

Ayer reviví entre mis sábanas el pavor de un amor mal habido y reviví entre lágrimas la esperanza de aquel que no daña y no agrede.

domingo, 20 de junio de 2010

Una vez más...


Una vez más me vi allí sentada en esa fría silla médica, mirando el techo de la consulta, conversando trivialidades con el doctor luego de escuchar una y otra vez que lo que sucedió es complejo y que puede volver, que debo cuidarme, que me salvé por poco, que tuve suerte, etc.

Una vez más sentí que mi cuerpo fue invadido, tuve frío a ratos, tuve miedo y dolor en segundos, tuve esa sensación de volver el tiempo atrás y demorar minutos congelando mi futuro.

Una vez más recorrí mi pasado y mis caídas, me asombré de como pasan los años y como el cuerpo se llena de huellas imborrables.

Una vez más tuve ganas impresionantes de llorar y correr lejos, de desaparecer, de borrar mi memoria y recomenzar, de buscar un abrazo silencioso y de golpear rostros.

Una vez más la ira y el rencor están allí, me observan, me tientan, se apoderan de mi, de mis palabras, de mis miedos.

Una vez más caí en cuenta de que mi vida no será igual, que no hay quien lo comprenda, que los planes a veces se truncan o se esfuman, que en mi mochila está la carga del dolor, ese que se aposenta en mis solitarias noches.

Una vez más, muero en mi cama, renazco en mis esperanzas y retomo mi camino, el dolor no me hará caer y el pasado no escribirá lo que deseo ser.

Una vez más y serán muchas más, una y otra vez, meses, años, y allí estaré, esperando resultados de exámenes, con incertidumbre y esperanza y con una historia nacida y escrita desde el vientre.

Una vez más me lleno de miedo, de pesar, de lágrimas solitarias, de soledad...


martes, 15 de junio de 2010

Debiese


Debiese estar feliz de la vida corriendo por las calles, gritando a los cuatro vientos que la vida me premia y que mi corazón revive.

Debiese tener la osadía de enfrentar lo que siento, de tener las palabras adecuadas para expresarme.

Debiese tomar el tren y partir a tu encuentro.

Debiese dejar de lado el estrés y hacerme unas nuevas terapias de reiki para que mi cuerpo no sufra los efectos de mis estados anímicos.

Debiese terminar lo que comienzo y no sentir que decaigo a mitad del camino.

Debiese explotar en lágrimas y carcajadas, debiese hacerlo muchas mas veces.

Debiese calmar mis ansiedades y angustias con palabras, letras, música, compañía y soledad y dejar la comida, el cigarrillo para otras ocasiones.

Debiese hacer lo que quiero, decir lo que quiero y hacerlo ya.

Debiese partir a tu búsqueda.

Debiese...

lunes, 14 de junio de 2010

Aseguro día a día


Aseguro a diario que los vaivenes emocionales que tanto me gustan están perdiendo su placer, puedo asegurar que de a poco amo la estabilidad y la seguridad, que le temo a las novedades y que me estoy convirtiendo en una incapaz de sobrellevar la espontaneidad y las desestructuras.

Quizá la mayor evidencia de que los años pasan es que busco inconscientemente la tranquilidad y estabilidad de una vida calma, sin excesos, porque ya los tuve, porque ya conocí los extremos, y probé todo lo que quise.

Aseguro además que las oportunidades están al alcance de mi mano, que la vida se encarga de enseñarme que no estoy tan equivocada y que mis espectativas no son tan lejanas.

Aseguro en demasía que la amistad se ha vuelto el motor de mis días, que hay cabida para la confianza, para el amor verdadero, para la aceptación y la compañía, que existen quienes pueden comprenderme y aceptarme como soy, que la convivencia no fue la excusa para determinar finales y que la diferencia en años y en prejuicios no es la limitante para iniciar historias.

Aseguro día a día que mi corazón late, que siento y vivo el amor, que no estaba tan muerta como creí, que la vocación resiste a la guerra diaria y que mi vida toma el rumbo que deseo.

Aseguro día a día que soy feliz, que amo el conflicto, que me rodean las imperfecciones, que soy dispersa para evadir las verdades y que no estoy tan cuerda como creí, simplemente soy quien quiero ser.

martes, 1 de junio de 2010

La piel no aguanta tanto, el corazón vomitivo no descansa
¿Cómo seguir en silencio?
¿Cómo morderme la lengua y sonreirle a esa soledad impertinente?
Lágrimas envolventes cada noche, lágrimas de silencio y lágrimas de un amor en exceso solidario...