miércoles, 24 de febrero de 2010

Hoy quiero recordar




He estado escuchando canciones de amor, rememorando situaciones con el simple hecho de oír frases y melodías, recordando besos, conversaciones, caricias, piel, rememorando con canciones etapas desde el primer amor, hasta las eternas promesas sin cumplir.


Es impresionante darse cuenta cómo la memoria trae al presente variados recuerdos con el simple hecho de estimular los sentidos, he vuelto al pasado en estos días, a mi niñez y mi familia en el sur, a los pocos recuerdos que tengo de mis abuelos maternos y a las eternas vacaciones que teníamos todos los primos y amigos juntos.


He vuelto a sentir ese olor a mate de mi abuela, a churrascas o tortillas y a largas jornadas cociendo humas, he visto en la mirada de mi madre como han pasado los años y como hemos establecido rituales y consignas familiares, esas que me hacen feliz y que me alientan a seguir construyendo mi vida con el ejemplo que tengo de los Muñoz Escobar.


He recordado las largas caminatas con mi padre por calle Las Rejas para ir a ver a mi abuela, La vieja linda, esa mujer de carácter indomable, con el humor a flor de piel, las fiestas familiares y los bailoteos hasta altas horas de la madrugada, con su vaso de licor y las imitaciones entre nosotros de por medio.


Frecuentando a mi memoria en estos días he caído en cuenta de que he vivido al máximo y que he hecho todo lo que he deseado, miles de historias y anécdotas, he construido y he destruido con el pasar del tiempo. Me he visto en variados lugares estudiando desde teatro hasta música, he recordado a mis amistades y las miles de experiencias que hemos vivido.


Frecuentando a mi memoria he llorado y he temblado con los malos recuerdos, con los más dolorosos, he vuelto a sentirme como una niña frágil y vulnerable, y he vuelto a sentir en la piel el temor y la soledad.


He recordado el amor, esa sensación inexplicable desde el vientre hasta los labios; los primeros amoríos a escondidas de mi madre inventando panoramas para largarme de la casa sin dar muchas explicaciones, buscando confidentes y cómplices. Recordé esos amores muchos más grandes con fundamentos diferentes, esos de largas conversaciones, de intensas experiencias y de millones de sueños, también los amores fugaces, de segundos intensos y besos eternos, amores extraños y poco trascendentes, amores muchas veces sin amor.


Pero he tomado mucho más tiempo recordando a los amores imposibles, esos que en este tiempo me tienen pensativa y llorona, me tienen soñando despierta buscando respuestas y hasta ideas para conquistas secretas o simples encuentros que me quiten el sabor a soledad que siento. He rememorado frases, miradas, gestos, he inventado historias y finales felices y otras con finales bruscos y lastimeros, he creado personajes y declaraciones de amor, he intentado sentirme como lo he recordado pero no lo he conseguido.


Los recuerdos me invaden y contribuyo a esto mirando fotografías y contando historias con los más cercanos llenas de carcajadas y mucha nostalgia. Veo como se construyen mas recuerdos día a día con la simple sonrisa de mis sobrinos y las eternas conversaciones con mis amistades.


He recordado mi historia llena de gratas sensaciones e infinitos momentos de felicidad, ¡por la puta que soy feliz!, y eso me encanta, seguiré armando recuerdos y tejiendo historias, seguiré viviendo como quiero disfrutando de cada situación y compañía. Seguiré guardando recuerdos en mi memoria y los sacaré a flote cada vez que quiera, hoy no quiero bloquear, hoy quiero recordar!

viernes, 19 de febrero de 2010

¿POR QUÉ?


HOY MAS QUE NUNCA ME PREGUNTO ¿POR QUÉ?


SÉ QUE HAY ESPERANZAS, SÉ QUE HAY TIEMPO, SÉ QUE HAY CONSUELO, SÉ QUE HAY FE, SÉ QUE HAY FUERZA, SÉ QUE ESTÁ DIOS...



PERO A PESAR DE ESTO


SIGO PREGUNTÁNDOME ¿POR QUÉ?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Silencio


Quiero escribir lo que siento, poner en palabras todo esto que a ratos se apodera de mi corazón y me deja con un amargo sabor, decirle al mundo entero lo que me sucede y como me duele a ratos y como disfruto en otros.

Quiero tener el valor de enfrentarme al mundo entero, contar mi verdad y no desperdiciar el tiempo actuando ni fingiendo, y menos aún callando, quiero arriesgarme a pesar del miedo y del dolor.

Me he cansado a pesar de los millones de energías que cargo, me cansé de esto que se mueve en mi interior y no tiene nombre ni apellido, me agota todo, el tiempo que se detiene por las noches haciéndolas eternas y mucho mas solitarias, mi cama vacía y gigante, cada vez más grande allí gélida tratando de contenerme cuando caigo a ella destruida. Agotada del tiempo que me da hermosos regalos y me los quita para hacerse eterno entre mis dedos, para permanecer frente a mi y a mis manos que bailan frente al teclado para hacerlo más rápido.

Mi corazón se cuestiona constantemente, pero hoy lucha para dejar de sentir y a la vez lucha para sentirse acompañado, hay veces en que siento que se escapa de mis manos y actúa por si solo y yo allí quedándome en silencio, porque no me permito hacer ni decir lo que deseo, porque no puedo, debo, ni pretendo.

Mis lágrimas vuelven a invadir mis mejillas y esta vez no es por lo que he dicho, sino por lo que he callado. Maldito silencio me tiene ardiendo por dentro y congelándome por fuera. Maldito silencio compañero imprescindible para esto que cargo, aunque duelas no me dejes porque no me atrevo a hablar, porque sería mi fin.

¿Conversemos?


Miles de consejos cada noche,


palabras esparcidas por cada rincón


que se entremezclan con risotadas


ropas al descubierto que se caen de los hombros


y se escapan de las piernas


pelo al viento con olor a incienso


pies negros por andar descalzos


calor, apetito, muchos litros de jugo o agua de hierba.


Ritual de despedida como a mí me gusta,


lleno de palabras, sin ropa ni calzado,


con ricos aromas y sesiones eternas de conversas


cada noche un nuevo placer


cada noche un poco más de mí.

martes, 16 de febrero de 2010

Nos veremos otra vez

Un regalo de un gran amigo, hoy estas palabras se hacen mucho más importantes para mi.

"Si todo vuelve cuando más lo precisas, nos veremos otra vez"

lunes, 15 de febrero de 2010

Reenamorada







Hoy muero de alegría como no sucedía hace tiempo, muero de plenitud y agradecimiento por todo lo que Dios me ha regalado y por como se manifiesta en mi vida diariamente. Creo que por largo tiempo me mantuve encerrada en mis pesares y me acostumbré de alguna forma a sentirme mal, a sentirme disconforme a tener algo por lo que llorar o cuestionarme, me acostumbré a esa asquerosa sensación de malestar, desde mi estómago, mi garganta y mis ojos. Era un ir y venir de malos ratos, a los que yo aportaba y magnificaba.



En cambio, en estos días al comenzar este año he estado en proceso de limpiarme de esas sensaciones y a volver a mi esencia, a lo que me mueve y por lo que quiero luchar, he vuelto a disfrutar con lo poco que tengo y con lo mucho a la vez, me he reenamorado de Dios y de ese creer sin estereotipos ni presiones, de esa fe que solo me da sanidad, que me mantiene en pie y que me demuestra día a día que si vale la pena, de ese Dios que me regalonea y que me enseña de mis errores, un Dios de oportunidades y perdón, uno que me invita a ser feliz y me da herramientas para serlo. Que me puso en medio de una grandiosa familia que a pesar de todas esas pequeñas cosas que nos han quitado la esperanza permanece de pie y unidos como nunca, esos que están ahí para todo, en los que descubro y me asombro por como hemos crecido juntos, una familia hermosa y admirable como me gustaría tener, una familia a prueba de todo.



Me he reenamorado de mi misma (que egocéntrica) pero he descubierto mis partes mas hermosas, he ido aceptándo mi cuerpo con sus faltas, mi forma de ser, todo lo que soy desde mis superficialidades hasta mi sensibilidad, he visto que toda la construcción que he hecho en años no ha sido en vano, que hay frutos y eso está explicitado en cada una de las personas que me rodean y como agradecen con simples gestos o miradas mi presencia, eso está claro en amistades que duran años y otras que se construyen en segundos. Me reenamoré de mí porque he sido capaz de salir adelante y eso me enorgullece, porque me creo capaz de amar, de luchar, de soñar y ya no me siento atada de manos y corazón.



Con Dios a mi lado y mas presente que nunca, me he ido reenamorando de todo lo que hace un par de años dejé en una silla médica, desapareciendo con el hielo como mis heridas, las que sanaron pero que hasta hoy penan en mi idea por ser feliz, he podido darle sentido a mis caídas y a mis errores, he sido capaz de perdonarme y de arrepentirme, he vuelto a creer que la vida es un camino que vale la pena transitar y que tengo todo para ser feliz, todo, increíblemente todo, y por largo tiempo estuve paralizada cuando lo único que faltaba era yo y mi ganas por vivir. Hoy las tengo y tengo a quienes quieren acompañarme en este camino. Me reenamore de la vida.



sábado, 13 de febrero de 2010

Feliz NO cumpleaños


Las horas, me miran y me dicen: "ya estarás de cumpleaños, son 24" y yo me hago la loca evadiendo el tema y sonriendo nerviosa como si muchos a mi alrededor me observaran y pensaran ¡como han pasado los años!.
Creo que no me he dado cuenta de esto, sino que he resuelto vivir sin mirar el reloj ni el calendario, pero parezco una niña nerviosa pensando en el dìa de mañana, en realidad en unas horas más y creo saber el por qué, es por el simple hecho de saber que este cumpleaños será la despedida de mi familia, por algo se han esmerado en regalonearme con un rico almuerzo y con su rica presencia.

Pero es rara esta sensación ya que mi cumpleaños nunca ha sido muy celebrado por la época, todo el mundo anda de vacaciones y mucho más ahora que he crecido porque mis amistades celebran el materialista "día del amor", es un día familiar que sirve para terminar el verano y ponernos al día con la rutina de marzo.

No me gusta la idea de crecer y el cumpleaños es la manera más explícita de esta situación, es el enfrentar a los años apoderándose de la vida y con ellos vienen las odiosas responsabilidades y la poca libertad para utilizar mi tiempo como desee, para vestirme como quiero o simplemente para decir lo que pienso.

Debo asumir que me he reconciliado con el tema del crecer pero hay algo que me complica que es el echo de sentir que pasan los años y no he podido hacer todo lo que deseo, pasan los años y no tengo nada, pasan los años y sigo en mi cama cabecéandome por esto sin hacer mucho por la vida o por los que me rodean.

Hoy quiero un No cumpleaños, sino que un celebrar la existencia de mi vida en la de otros y la de estos en la mía, quiero despertar y ver a mi madre esperándo para saludarme con un grandioso abrazo y a mi padre cantando en miles de idioma inventando ritmos.

Me encanta la idea de este día con los que amo, pero no quiero darle título, más bien me gustaría que solo me digan que me quieren y no que cumpla muchos más.

viernes, 12 de febrero de 2010

Comienzo a despedirme





Mis pies entraron a mi cuarto sintiéndose extraños y mis manos sudosas se paralizaron al sentir que ese lugar ya no será nuestro por algunos meses y que deberemos acostumbrarnos a otros sitios, aromas, compañía.
Mi cuarto me dice de a poco cuanto me extrañará y lo difícil que será para él dejar de cobijarme todas las noches, de ver mis desvelos, mis lágrimas hundiéndome en la almohada, dice que me extrañará riendo a carcajadas mirando la televisión, o largas jornadas de películas, el acompañarme hasta altas horas de la noche cabeceándome por la Universidad. Mi cuarto me dice que extrañará mis arrebatos cambiando todo de lugar o largas tardes de limpieza con el humo de los inciensos o el palo santo embriagando el aire, extrañará mis tardes de lectura quedándome muchas veces dormida y otras largas tardes de escritura con los ojos casi saliendo de su lugar para expresar lo que pasa por mi mente y por mi corazón.
En esta conversación con mi cuarto, mis pies y mis manos me di cuenta de que los días han avanzado locamente dejándome a mitad del camino sin muchas ganas de avanzar y con un temor gigante por lo que se viene, el ir y tomar las riendas de mi vida sin los espectadores de siempre me parece un reto fascinante al que quiero disfrutar, pero a la vez me pone en la encrucijada de tomar decisiones que quizás no sean del todo buenas para mis días. He pensado largamente que pasará con mis fines de semana y si tendré la posibilidad de seguir con los rituales que me encantan como los largos domingos todos en casa viendo películas regaloneando a mis pequeños sobrinos, o el ir cada sábado a trabajar por lo que creo y encontrarme con algunas de las personas más importantes en mi vida. Si podré escapar algunas tardes a algún parque a caminar sola o salir por las noches a ver las estrellas sintiendo la brisa sobre mi rostro. No sé si tendré tiempo para escribir y hablar huevadas, para ir a tomar unas cervezas con mis amigos y reír como loca, no tengo certeza si podré estar ahí para los que me necesiten, para los que me añoren más que mi cuarto.
Ya se acerca marzo y con el acoso de algunos, esos que no me conocen lo suficiente pero inevitablemente me cagan de onda y que además se interesan sobremanera por lo que hago con mi tiempo, deseo más que nunca irme a Graneros para estar con quienes no me critican sin enseñarme sino que todo lo que hacen por mi es para ayudarme a crecer y a salir adelante.
Hoy sé que el miedo se romperá con la confianza que tiene mi familia en mí para este proceso y con el apoyo y preocupación incondicional de los que me acompañan en mis días, de esos amigos que no sólo quieren algo de mí, sino que me regalan pequeñas cosas día a día, esos que hoy me levantan, me ayudan, me alientan, esos que he aprendido a seleccionar y de los que no me arrepiento nunca de tenerlos.
Me voy de este lugar por unos meses, pero es la mejor manera de irme desprendiendo del hogar paterno y poder salir tranquilamente de él, me voy y mis pies tomaran otro rumbo, caminarán otras calles y reposarán en otra cama, y mis manos se harán cargo de construir, acariciar, cocinar, escribir y muchas cosas más lejos de estas cuatro paredes que me han albergado estos años.
Lo único de lo que hoy tengo ganas es que no solo mi cuarto me extrañe sino que hayan otros esperando por mí, que no se olviden, ni se despidan para siempre. Hoy más que nunca quiero trascender, quiero ser importante, quiero quedarme y no andar de nómade por los sentimientos, hoy quiero irme de Santiago sabiendo que me es necesario volver a estar con los míos, que no solo en mi hogar y en mi cuarto soy bienvenida sino que mi presencia en otras vidas no ha sido un mal actuar sino que un papel principal que ha dejado algo en ellos. Hoy quiero querer y que me quieran, es raro pero me gusta aceptarlo, hoy me debo ir pero lo hago feliz a pesar de todo, me voy feliz.

jueves, 11 de febrero de 2010

Malditas Palabras


Hoy ha vuelto el cuestionamiento alrededor mío y me tiene a las 2 de la mañana tratando de encontrar respuestas y de que el arrepentimiento no se apodere de mi y de mis sueños. Creo y soy consciente de que no soy una mujer que anda por la vida destruyendo ni haciendole daño a las personas que me rodean pero hoy no estoy tan segura de eso.
Creo que la he cagado una vez más y creo que debí filtrar, pensarlo mas de una vez y darme cuenta de que no todos son capaces de recibir lo que pienso, de que no todos son capaces de interpretar mis palabras. Hoy me arrepiento, como no acostumbro a hacerlo, me arrepiento de escribir, de ser sincera, de estar ahí y preocuparme por las personas, creo que deberé aceptar mi error el que me significará cargar con el estigma de mala y de insensible, pero una vez más tendré que hacerlo y poner la otra mejilla, aunque ya me cansé de esas luchas absurdas con personas que no merecen mis energías lo haré porque el conflicto no va conmigo y porque deseo ser entendida y no mal interpretada.
Hoy estoy cansada, de los cahuines, del que dirán, de los juicios, de los prejuicios, de los cuestionamientos, de las críticas, cansada de los demás, de las malas ondas evidentes y las envidias sin argumento, cansada de las palabras, malditas palabras que son capaces de hacer tambalear todo lo que he construido y todo por lo que me la juego a diario, todo lo que soy.
Quiero palabras de aliento, palabras que me construyan y me liberen, palabras que me alegren, quiero personas que no me hagan mas daños, quiero dejar de llorar por las noches por culpa de otros, quiero escapar como hacía rato no quería.
Quiero dejar de escuchar esas malditas palabras que me atormentan y no me dejan ser feliz.

miércoles, 10 de febrero de 2010

¡Ya llegué!


He vuelto a mis rincones después de días en familia, de caminar, nadar (mas bien intentarlo), de fotografiar perros y paisajes, días fantásticos que me hicieron recordar lo amada que soy y lo beneficiada de la vida por tener a los que tengo al lado. Hay momentos en que me canso de la presión que muchos ejercen sobre mí, de esa intención por saber todo lo que hago y pienso e inevitablemente me alejo y como soy una escurridiza me refugio en mis palabras, mis lágrimas, mis silencios, mis guardianes.

He vuelto a casa, a dormir en mi cama, a acariciar a Baltazar, he vuelto al cemento santiaguino que me gusta pero no me hace tan bien como el mar, como la naturaleza.

No puedo descifrar y menos aún poner en palabras lo bien que me hace el ir a la playa, el mar, lo exquisito que se siente cuando mojo mis pies y cuando el sol quema mi rostro.

El poder contemplar el mar, una de las cosas que más me calman, es sentir que soy una pequeñísima parte de la hermosa creación, mirar el mar, sus movimientos y mucho mejor si esto es con el viento de compañero, despeinándome, humedeciendo mis ropas es una de las cosas que me movilizan, que me transportan, que me revitalizan y me calman.

Agradezco una y otra vez la existencia del verano y el poder largarme cuando puedo a disfrutar de la naturaleza, del silencio, de las noches, del dejar los pies en la calle, del conocer, de la compañía, de la soledad, de los juegos, de las ricas comidas, de las tardes eternas sin comer.

He vuelto a casa recargada por la presencia del mar, por las palabras que me entregó y por las dudas internas que pude descifrar, no fueron las mejores respuestas, algunas muy dolorosas pero con la compañía del mar, el viento, el sol y mis pies descalzos, nada importa, nada es tan terrible, nada duele demasiado.

He vuelto para afirmar una vez más que el mar y el viento son mis mejores compañeros. Negra y nativa eso está claro!

martes, 9 de febrero de 2010

Salinidad acuosa

El mar, mi fiel compañero que me espera cada año, cada mes, para calmar mis penas, hoy te dejo, hoy te digo adiós y te pido no me olvides.
Mar amante leal que cada vez que necesito apareces y cada vez que te busco estás ahí inmenso para recogerme y abrazarme.
Amado mar me alejo por un tiempo recordándote y pensándote, para volver a tu lado, solo esperame, solo esperame