Tengo rabia,
esa rabia que duele, que quema, que nos hace respirar una y
otra vez para no llorar.
Tengo pena,
esa pena que no para, que no deja de fluir, que no puede
mantenerse dentro de nuestros ojos, de nuestros suspiros.
Tengo tantas ganas de gritar, de gritarle al mundo y a las
personas que han aparecido en mi vida y en la de los míos solo para hacernos
daño, para hacernos caer y hundirnos en la más dolorosa y asquerosa soledad.
Tengo tanta pena, tanta rabia, tanta impotencia por el que
ha hecho sufrir a mi hermana, por dejarla caer sin aviso, por engañarla y
romperle el corazón, por ser una mierda de persona, por engañarnos a todos, por
generar dudas en mi negro chico que no merece este dolor, por dejar a ese bebé
crecer sólo en el vientre de su mamá sin acompañarlo, sin que reconozca la voz
de su padre.
Tengo rabia porque le dimos una familia y la rompió, tengo pena al
ver las lágrimas que mi nana derrama a diario, tengo miedo por lo que viene.
Te diría a ti que un día me buscas y otro me rechazas que te
odio, que odio que seas feliz porque yo no lo soy, porque cumples mis sueños
con otra y me dejaste enferma y cagada de miedo.
Te diría que no mereces nada de lo que tienes, que no vales
la pena. Que eres una mierda por enseñarme a amar y por quitarme eso de un
golpe, de un grito, de un zamarreo, de un reclamo.
Te diría que me
devolvieses las ganas y energías para amar, que me devolvieses mi seguridad y
mi amor propio, que me devolvieses la fuerza para avanzar sin mirar atrás.
Tengo rabia por esta maldita soledad que se asienta con toda
autoridad en mi vida, sin nadie a mi lado, sin los amigos que traicionan y
hieren, sin los amores fugaces.
Tengo tanta, pero tanta rabia, tanta, pero tanta pena, que
ni energías me quedan.
Quiero gritar, escapar, irme a la mierda, desaparecer.
Estoy cansada de esto, cansada de reír para salir adelante,
cansada de fingir al mundo, cansada de la idea que del dolor se aprende,
porque yo no he podido, no logro entender la lección de esto, no puedo ponerme
de pie.
Realmente cansada, con el corazón agónico, con el deseo
muerto, con los sueños gélidos.
Tengo rabia conmigo, por no aprender, tengo rabia conmigo
por no levantarme, tengo rabia conmigo por no crecer, tengo rabia conmigo por
no ser quien quise, tengo rabia conmigo
y debo vivir a diario con esto...