domingo, 13 de diciembre de 2009

Desconcierto


El que debió ser uno de los mejores días de nuestra vida universitaria se convirtió en uno de los mas dolorosos que nos tocó vivir.
La vida nos golpeó a todas juntas, unidas esperando la llegada de una integrante más la que se convirtió en nuestra preocupación a medida que fué creciendo.
Hoy, no hay motivos para celebrar, alcanzamos una meta, pero el camino se vió entorpecido por el dolor y la perdida, hoy nos unen los sueños truncados y las esperanzas destrozadas.
Las cosas suceden tan rápidamente que no sabemos como reaccionar, si creemos que hay alguien superior cuidando de nosotros pensamos que estas cosas estan allí para hacernos mas fuertes, o quizás es un designio, una forma de enseñarnos que sé yo. Pero hay ocasiones que ni siquiera el creer nos facilita entender el porqué de lo que sucede y esta es una de ellas, aún no hay respuestas y creo que por años no las habrán, quedará en nuestro recuerdo ese día y la mañana siguiente en que supimos de tu partida.
Pequeña Josefa, así como te esperamos hoy te despedimos con la tranquilidad de saber que la vida siempre da nuevas oportunidades y la esperanza de vivir en unos años mas con el sano recuerdo de tu existencia.
Una vez mas la vida se encarga de darnos lecciones de esas que calan hondísimo y a mi que soy una simple espectadora me ha dejado destrozada en mi egoísmo y desdén al tratar la maternidad.
Solo queda la esperanza de pensar y sentir paz, siempre llega de eso estoy segura.

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