miércoles, 10 de marzo de 2010

Sin paciencia


Los días se han tornado difíciles, la compañía escasea y yo me escapo de algunos que me buscan, los planes se vieron alterados y no sólo se atrasó el plazo, sino que se atrasaron las ganas e inquietudes y se congelaron las expectativas.

Hoy temo salir de casa para llegar a un lugar en el que no me sienta cómoda, temo recorrer un camino que se me haga eterno y oscuro, porque no quiero llegar ni comenzar.

En un abrir y cerrar de ojos me paralicé frente a mi mochila ya ordenada, frente a los muchos materiales listos para embalar, me quedé quieta frente a mi espejo viéndome convertida en profesional.

Quizás los años se vinieron encima muy rápido, quizás le temo a la responsabilidad, o a la soledad, esa que se apodera de mis días mientras se acerca la partida, una soledad que se incrusta cuando me imagino llegando a casa cada noche fría de invierno.

La paciencia se va acabando cuando la incertidumbre no me deja en claro cómo serán mis próximos días, cuando no tengo claro el momento exacto de tomar mi mochila y partir, de besar y abrazar a los que amo y de tomarme una buena dosis de energía para continuar con mis proyectos. Lo he dicho en más de una ocasión " es hora de actuar", pero tengo miedo al partir, temo por los afectos, esos que se arman y desarman día a día, esos que crecen y no quiero que acaben, esos que hoy me mantienen en pie.

Quiero un te quiero, eso calmaría mi angustia por partir...

1 comentario:

Rob dijo...

Yo, ya partí...no sé por cuanto, no sé con cuántos... pero puedo decirte "te quiero". Así que... te quiero, Negra.