Volvieron a mi las lágrimas nocturnas con Clementine, Joel y Javiera de compañeros y me invade esa sensación de dolor y miedo que nos mantuvo conversando hasta altas horas, sentí recorrer el miedo por mis poros viendo ojos llenos de iras y golpes a la pared para no darlos contra mi rostro.
Vi manos sudando por la frustración, ojos llorosos y lastimeros, vi hombres a mitad de la calle gritando mierda al que se le atraviese y temí, temí por largos segundos, temí por años y temí anoche.
No pude dormir, no pude soñar y no pude sacar de mi mente los recuerdos invasivos, las imágenes que dejé guardadas hace años en otro lugar.
Ya no hay lazos, no hay voluntades impuestas, no hay nada...
Quedó miedo arraigado en mi vientre, quedé impresionada de mi poco amor propio, quedaron las ansias por borrar de mi mente esa historia, pero sin el deseo de repetirla.
Ayer reviví entre mis sábanas el pavor de un amor mal habido y reviví entre lágrimas la esperanza de aquel que no daña y no agrede.
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