domingo, 20 de junio de 2010

Una vez más...


Una vez más me vi allí sentada en esa fría silla médica, mirando el techo de la consulta, conversando trivialidades con el doctor luego de escuchar una y otra vez que lo que sucedió es complejo y que puede volver, que debo cuidarme, que me salvé por poco, que tuve suerte, etc.

Una vez más sentí que mi cuerpo fue invadido, tuve frío a ratos, tuve miedo y dolor en segundos, tuve esa sensación de volver el tiempo atrás y demorar minutos congelando mi futuro.

Una vez más recorrí mi pasado y mis caídas, me asombré de como pasan los años y como el cuerpo se llena de huellas imborrables.

Una vez más tuve ganas impresionantes de llorar y correr lejos, de desaparecer, de borrar mi memoria y recomenzar, de buscar un abrazo silencioso y de golpear rostros.

Una vez más la ira y el rencor están allí, me observan, me tientan, se apoderan de mi, de mis palabras, de mis miedos.

Una vez más caí en cuenta de que mi vida no será igual, que no hay quien lo comprenda, que los planes a veces se truncan o se esfuman, que en mi mochila está la carga del dolor, ese que se aposenta en mis solitarias noches.

Una vez más, muero en mi cama, renazco en mis esperanzas y retomo mi camino, el dolor no me hará caer y el pasado no escribirá lo que deseo ser.

Una vez más y serán muchas más, una y otra vez, meses, años, y allí estaré, esperando resultados de exámenes, con incertidumbre y esperanza y con una historia nacida y escrita desde el vientre.

Una vez más me lleno de miedo, de pesar, de lágrimas solitarias, de soledad...


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