lunes, 14 de junio de 2010

Aseguro día a día


Aseguro a diario que los vaivenes emocionales que tanto me gustan están perdiendo su placer, puedo asegurar que de a poco amo la estabilidad y la seguridad, que le temo a las novedades y que me estoy convirtiendo en una incapaz de sobrellevar la espontaneidad y las desestructuras.

Quizá la mayor evidencia de que los años pasan es que busco inconscientemente la tranquilidad y estabilidad de una vida calma, sin excesos, porque ya los tuve, porque ya conocí los extremos, y probé todo lo que quise.

Aseguro además que las oportunidades están al alcance de mi mano, que la vida se encarga de enseñarme que no estoy tan equivocada y que mis espectativas no son tan lejanas.

Aseguro en demasía que la amistad se ha vuelto el motor de mis días, que hay cabida para la confianza, para el amor verdadero, para la aceptación y la compañía, que existen quienes pueden comprenderme y aceptarme como soy, que la convivencia no fue la excusa para determinar finales y que la diferencia en años y en prejuicios no es la limitante para iniciar historias.

Aseguro día a día que mi corazón late, que siento y vivo el amor, que no estaba tan muerta como creí, que la vocación resiste a la guerra diaria y que mi vida toma el rumbo que deseo.

Aseguro día a día que soy feliz, que amo el conflicto, que me rodean las imperfecciones, que soy dispersa para evadir las verdades y que no estoy tan cuerda como creí, simplemente soy quien quiero ser.

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