miércoles, 28 de julio de 2010

Mala conjugación


Hablar tonteras recurrentes se convierte en un placer culpable, cuando le temo a decir cosas serias, a tratar con la verdad, con la densidad necesaria.

Veo tonteras en la televisión en vez de leer libros, he dejado mi intelectualidad de lado porque temo, porque no quiero sentirme llamativa, porque quiero pasar desapercibida, dejar de tener opinión.

Como como loca, no puedo hacer dieta y hasta he pensado que no quiero verme linda, me duelen los comentarios, las indirectas, los gestos, la tontera colectiva, pero no puedo cerrar la boca, porque no quiero que me miren ni que me deseen.

Quiero vestir linda, pero no quiero ser vista, quiero mostrar el escote, pero no que lo miren todos, quiero humedecer mis labios y simular besos ardientes, pero no quiero sentir que miran mi humedad.

Siento la ropa sobre mi piel y me erizo, me apasionan las miradas y los aromas. Recorro con mi imaginación recuerdos y monto cuadros carnales en sitios prohibidos.

A veces dejo la piel y llego al corazón lagrimeo por calles sintiendo que el rencor me invade, que la soledad se perpetúa y que los pasos retroceden.

Pero no quiero miradas, no quiero que me quieran, aún cuando me siento sola, quiero lejanía, quiero ojos cerrados y espacios abiertos. No quiero amor.

No me la puedo con él, no puedo sentir cuerpos cerca, no puedo exitarme y humedecer con otros, no consigo fijar mi mirada en otros ojos, no puedo sonreír y morder mis labios, no puedo mover mi cabello. No puedo

Creo que me dormí y no logro reaccionar. Ya no te espero como dije, porque estás y no es para mi y no esperes nada de mi porque no puedo dártelo. Que mala conjugación y que mal resultado.

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