domingo, 12 de septiembre de 2010

¡Ustedes!


Un día de tediosa rutina hogareña decidí viajar a Graneros, ya saben de mis bajones pre primaverales, en los que me pongo una nostálgica, y mi mal humor se acrecienta cuando las paredes me tienen de prisionera, así que me largué y en ese viaje esto fue lo que sucedió:


Llegué a casa con un sabor extraño, entre dolor, placer, miedo, nostalgia, amor.


Sentí que la vida es grandiosa y fructífera y que conseguí una de las mejores cosas: haberles conocido.


Cuando el tren fue avanzando entre San Francisco y Graneros se me apretó el corazón y apenas puse mis pies en "esa estación de tren" se me pasaron muchas imágenes por la cabeza, recordé cada aroma, cada sonido, cada textura y cada sabor que los caracteriza.


Caminé a la U y se me revolvió el estómago, el recorrido se me hizo eterno y nuevo, fue como el primer día, llena de vergüenza, de miedo, de frustración.


Llegué a la U y me emocioné como niña al verle las caras, al escuchar sus voces, al verte bailar y seguir haciendo el mismo comentario de que parecemos tus mamás viendo al hijo en el acto del colegio.


En esa conversación tiradas en el pasto, tomándonos una chela, fumándonos un cigarro caímos en cuenta que no nos queda nada, que quizá tengamos 3 o 4 meses más juntas y se acabará toda esta historia para dar comienzo a otra.


Allí morí, en esa simple idea me fui a la mierda y se me vinieron encima los recuerdos, los anhelos, la amistad que tenemos y el amor que nació de esta.


Los amo como no pensé hacerlo, cuando llegué con mi cara de odio jamás imaginé que los encontraría y menos aún que se harían tan necesarios para mi vida, que los admiraría y que daría parte de mi tiempo para ustedes.


Se han vuelto parte de las personas a las que mas amo y por quienes daría mi vida, mi libertad, mis ideas, mis líneas (y saben que soy una egoísta), han estado ahí conmigo en mis peores momentos y eso lo agradezco cada día que vuelve la pena a rondarme, me han levantado de la mierda, han secado mis lágrimas, me han salvado de muchas.


Me he vuelto parte de sus vidas, muchas veces a la fuerza con mi intencionalidad y salamería, con mis bromas y estupideces crónicas, con mi mal humor, con mis provocaciones, intrépida y miedosa, agresiva y pendeja, con todo lo que soy y que solo ustedes conocen.


Han pasado años en los que hemos crecido, en los que hemos hecho de todo (pero de todo todo) nos lanzamos a la vida tomados de la mano y seguimos así aunque mas distanciados, eso duele, la vida normal y natural para muchos a mi me duele, quisiera perpetuarlos porque me revitalizan, como el último día todos juntos en nuestra casa Granerina, entre el vino, el mate, la guitarra, las planificaciones, las discuciones, las canciones, pero todos juntos, simplemente así, juntos.



Quiero sentir que con el término de la U esto no se acaba, pero no creo en las promesas, he hecho muchas y las he roto, me han hecho muchas y no me han cumplido, quisiera pensar que pasaran los años y podremos reunirnos quizá de ves en cuando, que nuestras vidas seguirán unidas, que tendremos esas juntas solos para ponernos al día, para tomar helado de piña, para cantar trova, para arreglar el mundo, para escucharnos y reír, para burlarnos unos de otros, para contarnos historias repetidas una y otra vez.


Me quedo con el sabor de estos 5 años de todo lo que me han dado y de todo lo que dado, de lo que hemos vivido, y de ese Graneros que nos albergó con su aroma a café, con sus mujeres embarazadas y sus hombres viciosos.


Han pasados los años y ya no somos los mismos, en unos meses la vida inevitablemente nos dividirá y nos tendrá a cada uno armando su historia de aquí para delante, cumpliendo metas, viviendo y avanzando, pero tendremos cada uno de nosotros grabados en nuestra mente y corazón la existencia de otros, eso lo sé, quizá por eso los amo tanto, porque sé con exactitud cuanto nos interesamos.


Pasarán los años y seguirán aquí, porque no tengo palabras para describir la importancia que tienen para mi, o cuanto los extraño, o cuanto detesto recordar lo mal que la hemos pasado o cuanto disfruto recordar cada buen momento que tuvimos.


Así entre cuecas con el Mario (porque ya dejó de tener segundo nombre), bandas emergentes, personajes, abrazos, despedidas, me vine de regreso, tomé el tren y como siempre me pasa alguna anécdota tuve que mostrar un boleto escrito porque la boletera (otrora chancha) me lo marcó mal en la ida, nos sentamos, conversamos, miramos el paisaje, regresamos.


Y llegué a casa con un sabor extraño, entre dolor, placer, miedo, nostalgia, amor...


Así llegué a casa, con sensación de pérdida, con miedo a crecer, con ganas de paralizar todo y seguir a su lado, así me subí al tren, sumergida en los recuerdos y en ustedes, hacía mucho tiempo que nos los traía a mi vida y menos a los 5 juntos.

Recordé sus nombres Leslie, Aloys, Mario, Javiera y Marina

y pude concluir que


¡SIMPLEMENTE LOS AMO!

2 comentarios:

Aloysin dijo...

noo! mori de verdad... es tan lindo sentir que existen esos amigos que de verdad estan en todas y que no es por solo el nombre... puta yo tb cuanto los amos a todos... y si el Mario tiene segundo nombre, pero estará en nuestros corazones...
tb le amo negranativa! amiga de mi corazon

Daniel Rioseco dijo...

Hola, gracias por comentar, el que no estemos de acuerdo no nos hace excluyentes o que no podamos convivir, de hecho esa es la gracia, la diversidad; si bien comparto mucho de lo que expusiste en tu comentario, solo disiento de la forma, no el fondo...
Potente lo que escribes, es verdad uno queda con muchas sensaciones luego de la U, yo recuerdo que uno de mis temores era enfrentarme a un nuevo grupo de gente, y mi sensación ahora es, menos mal que pude conocerlos; lo importante de todo es poder expresar lo que sentimos por los demas muchas veces no lo hacemos pese a que lo sentimos... en fin. Saludos