domingo, 17 de octubre de 2010

Espera...


Ya le cogí el gusto a la espera,
que tediosa y placentera se ha convertido esta tarea,
experiencia virginal diaria de autoreconocimiento,
de búsqueda y constancia,
de reconstrucción.
He oído las peores palabras y me han dejado
mordiendo cemento,
pasé del amor comprometido, idealizado,
un amor de admiración, de lucha e ideales,
a ese mismo amor
perdido en las sábanas de una mujer,
otrora amiga, con vientre fecundo
y crío de resultado.
Y ahí vino la pregunta
¿qué mierda pasó con eso?
¿cómo han caído tan bajo?
¿por dónde se metieron mi nombre y existencia?
Se cerró el capítulo con una lastima extrema,
de ver dos historias marcadas para siempre
por la irresponsabilidad y el afán lujurioso
de conservar la imagen de irreemplazables
en vez de inolvidables.
Pasé por otra historia , una que me dio
placeres, alegrías, gratos momentos,
confiabilidad, complicidad, compañía,
ilusión, libertad, pertenencia;
lo que desapareció como el humo de los miles de manjares
fumados a escondidas,
se escapó en gritos, mentiras, silencios,
heridas, egoísmo,
se esfumó en enfermedad,
en la palabra cáncer
y el útero resistente y negativo,
en un cuerpo muerto,
y un placer mutilado.
Y ahí vino la pregunta
¿cómo mierda nos pasó eso?
¿fue necesario tanto dolor?
¿el amor lo dejamos en la cama qué
sin ella no pudimos revitalizar?
Se cerró el capítulo con temor,
con derrotismo y angustia,
con una sensación de libertad culpable
y con la inseguridad de volver,
de renacer, de amar.
Y corrí por amores fugaces,
me hice amante de placeres banales,
carnales y básicos.
Pose mis ojos y mi corazón
en un amor sin concretar,
me entregué a la sanidad de un cariño
que cuide y respeté como una ilusa,
y oí esas palabras que me descolocaron,
esa opción por otra vida
en la que yo y cualquier otra no tenemos cabida,
en la que me sacaron del mapa
sin poder chistar,
en la que repudiaron mi feminidad,
en la que me escupieron en la cara
que lo que considero atrayente y placentero,
no sirve de nada.
Y ahí vino la pregunta
¿dónde tenía la cabeza?
¿cómo no me di cuenta?
¿esto es una broma?
Y cerré el capítulo,
sin saber muy bien que pensar sobre él,
se cerró todo con la lejanía autoimpuesta,
con el hacerme un lado,
con un adios.
Y así se arma esta historia de espera,
con miles de entretelones de por medio,
con arrancadas, amores fugaces, placeres cotidianos,
hombres sin nombre,
calles, plazas, lugares con carteles luminosos,
soledades, alcohol, hierba, cigarro,
quizá un poco de todo y a la vez de nada.

La consigna hoy,
después de levantar lo poco que queda de autoestima,
de recoger los trozos de dignidad,
de cerrar capítulos,
es cogerle el gusto a la espera,
disfrutar la llegada de cada personaje a mi vida,
gozar la experiencia vívida de los coqueteos,
renacer desde el dolor,
creer que puedo dejar de preguntar
creer en la reciprocidad
y saber a ciencia cierta que soy capaz.
Capaz de sentir,
aunque haya que esperar.
La espera hoy tiene gusto a gloria,
me cansé de las derrotas.

4 comentarios:

Daniel Rioseco dijo...

Así como planteas la espera, renacer desde el dolor, coqueteos etc, asociándolo a final feliz, puede ser grata la espera, de lo contrario, me impacienta de sobremanera. Ahora,interesante eso de experiencia virginal... Saludos

joselosky dijo...

te dejo mis saludos negra espero que estes bien...

de las palabras escritas fue lo correcto.

NegraNativa dijo...

¿Lo correcto?

joselosky dijo...

lo correcto que usted la hace feliz.

te dejo mis saludos, lindo esta tu blog.