Años...

Cuanto tiempo ha pasado, desde los primeros errores...

Ya son años, muchos años y sigo colgando de aquella historia, sigo recordando episodios, algunos estaban guardados en lo más profundo de mi inconsciente, estaban perdidos con la idea de evitar evocar el dolor o la confusión, recuerdos de palabras no escuchadas, de gestos no entendidos, de sensaciones ignoradas.

Ya son muchos años sin recibir un abrazo tibio a media noche, sin un beso de despedida con sabor a eternidad, sin un te quiero nacido del vientre, sin un entrelazar las manos sin miedo a los ojos observadores de otros, sin un mundo paralelo en el que hay cabida solo para dos, capaces de abstraerse de lo que les rodea para continuar construyendo, para amarse, para emprender vuelos, para ser en plenitud.

Son años luchando por sacarme de encima aquel olor, aquella voz, aquel sabor, aquellos pliegues que aprendí de memoria, aquellas formas de hacer las cosas y de errar, aquella manera de amar, enfermiza, aprehensiva, llena de locuras, carente de límites, corriendo por la vida como si se fuese a acabar, pasándonos de la raya todo el tiempo, haciendo y deshaciendo a nuestro antojo.

Ya son muchos años en los que he perdido mi tiempo tratando de reconstruirme pensando que soy la misma mujer de esa historia, que tengo pocos años y cero experiencia, que no tuve cáncer y que el dolor no se aposentó en mi vientre, que puedo escoger avanzar a mi antojo, que tengo la capacidad de tener y retener a quien desee; esperando las mismas reacciones, los mismos gestos, las mismas formas de aprovechar y perder el tiempo, la misma intensidad, el mismo ritmo.

Ya son años evadiéndome, haciéndome la sorda conmigo misma, llenando mi vida y mi cuerpo de basura, de compañías transitorias e inútiles, cometiendo errores para sentir que estoy viva, negándome a amar de verdad.

Ya son años viviendo con miedo a avanzar, paralizada frente a la idea de sufrir y de permanecer, años perdidos en los que no pude perderme de mi misma.

Suena de fondo: Ismael Serrano / Recuerdo