“Generosa es la vida con quien puede ver, que placer tan intenso aprender de distancias y de más acá, vislumbrar ese brillo tan real”
Que placer aprender y que misterio es enseñar.
Ya el cartón está en casa, con unos padres orgullosos, una familia cerrando ciclos, una etapa lista y concretada, con el trabajo cotidiano, con sonrisas, enojos, secretos, abrazos, lágrimas.
Ya es una necesidad para mí el concretar cada sueño creado en Graneros, poner en práctica cada enseñanza dada, cada ideal fortalecido en la lucha universitaria.
Ya está todo terminado, quiérase o no es una alegría el saber que salí heroica de aquella carrera, que ni los trastabilleos personales ni los impuestos por el sistema lograron sacarme de mi norte, de mis objetivos, de mi intención por mejorar el mundo, por cambiar las vidas predestinadas del pobre, de los ignorantes, de los desplazados.
Se acaba la universidad llevándose consigo los mejores años de mi vida, la mejor compañía, los peores límites (nunca los tuve en 5 años), la juventud, la responsabilidad a medias.
Comienza el ejercicio de la docencia, es época de enderezar el camino, de enraizarme en algún sitio, de poner en práctica lo aprendido, de seguir soñando y no dejarme dormir por el dinero y el estereotipo de estabilidad.
Comienza la vida de adultez cargada de humor, de sinceridad, de amor y caricias, de contención, de creer y confiar, de crecer, de los equipos y las luchas colectivas, de seguir de pie sin vicios sistémicos, sin vicios adúlticos, ni vicios monetáricos.
Soy feliz por el logro.
Soy feliz por el desafío.
Soy feliz porque esto es mío.
Soy profe y soy feliz por eso!!!
Suena: Los Cafres /Sol del interior
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