domingo, 2 de octubre de 2011

Lunes otra vez...


Abrir los ojos al lunes ya no sabe igual, depende de mi animosidad como este proceso se haga, de cuan dañada quedó mi autoestima el fin de semana, de cuanto trabajo haya adelantado, de cuanto dinero cargue en mi billetera.

Cada semana me reconstruyo camino al trabajo, busco en mi interior donde está lo verdaderamente importante, lo que he construido en estos años, dejo la superficialidad en casa, doblada en mi cajón secreto al lado de la inseguridad y mi poca belleza y gracia.

Cada domingo en la noche verifico si cinco años fueron suficientes para realizar este trabajo, si lo aprendido significó algo en mí y si eso aporta en la vida de 150 personas a mi cargo, con la convicción de la lucha diaria, de las dificultades evidentes y el misterio de al pedagogía, con la certeza de que el lunes marcará lo que podré conseguir.

Cada semana nueva siento envejecer mi cuerpo y mi espíritu, sé que el tiempo corre demasiado rápido y que debo hacer cosas, conseguir sueños, alcanzar metas, sobreponerme a las caídas y refugiarme en la compañía de quienes amo.

Cada lunes es un desafío, un insertarme en la vida estructurada, un enseñarme lo que es la estabilidad, el orden, el trascender, el amar y volver a creer.

El despertar tiene cada vez un sabor más dulce, ya no temo, ya no me recrimino ni me culpo.

Hoy me levanto con deseos de ser y sentirme feliz, de caminar, oler, sentir como siempre, de cargarme de palabras para comprender el silencio, de respetarme y tener los límites claros.

Mi cama ya no es un karma, hoy es un verdadero refugio.

Suena: Nano Stern / Calma

No hay comentarios: