martes, 7 de septiembre de 2010

¡Te perdono, me perdono!


Hoy he pensado en el perdón.

He intentado repetir en silencio sintiendo con el corazón que soy capaz de perdonar a otro y seguir adelante, sabiendo que cada uno es dueño de sus propios errores y que debemos perdonarnos por hacer daño a otros.

Cerré mis ojos he invoqué tu nombre, pensé en todo lo mal que lo pasé, en el dolor físico intenso que sentí por meses y que aún siento; pensé en las miles de lágrimas que derramé tratando de hacerte entender que mi cuerpo no respondía, pensé en mis silencios y los besos y caricias obligadas, pensé en tu egoísmo pretendiendo seguir con la vida como si nada hubiese sucedido. Pensé en cada noche y cada amanecer juntos y en lo doloroso que se convirtió todo eso.

Pero esta vez fue diferente, pensé en todo eso repitiéndome una y otra vez ¡te perdono! y sentí como nunca una paz irreproducible.

Fui capaz de perdonarme a mi misma por tener y sentir tanto rencor, y dejé que pasara el tiempo limpiando mi corazón de ese miedo a seguir adelante y creo que lo conseguí, aunque es una lucha diaria y un aprender a vivir con mi historia, fui capaz de hacerlo.

Pensando en el perdón fui capaz de pedir a una persona a la que dañé que me perdonara y que viera en mi, la incapacidad de dar mi brazo a torcer, que comprendiera mi tozudez y mi falta de tino.

Pensé en el perdón, en lo difícil que se vuelve darle existencia a este, en este vaivén de días, de ires y venires de situaciones, personas, sensaciones, dificultades, miedos, orgullos.

Soy capaz de perdonar, así me siento hoy, soy capaz de pedirle a los que he dañado que me perdonen.

Amo la existencia de esta posibilidad en mi vida y de haberla visto a tiempo.

1 comentario:

Daniel Rioseco dijo...

Hola, interesante lo del perdón, la capacidad de perdonar no solo a las demás personas, sino a uno mismo, que sería como respetar, partiendo por uno; en relación a la publicación de la mentira, es cierto, siempre nos mentimos, pero esas mentiritas, me dan la impresión que de alguna manera son el puntapie inicial, algo así como la intención; y no dicen que la intención es lo que vale?
Respecto a mi publicación; aparentemente esos nueve meses generan la reflexión profunda para que ese hijo que en un principio es una "maldición" se transforme en una bendición...

Saludos