domingo, 6 de febrero de 2011

¡Puaj!

Y perdí la autoestima,
en una conversación con esa persona que me conoce perfectamente,
a la que no pude ocultarle nada,
menos esa sensación apabullante de no sentirme atractiva,
de no conseguir la atención de otro,
de contar la rutina horrible,
esos segundos en que no quiero que me toquen, por mas deseo que tenga de que eso suceda
en esos minutos eternos mirando un espejo a punto de destruirse.

Y perdí la cordura (lamentablemente no la gordura),
la perdí cuando comencé a marcar con el tema,
cuando pasé hambre o di atracones,
cuando rompí ropajes,
cuando me obsesioné con lo que no soy.

Perdí toda mi capacidad de satisfacción corporal,
sigue la libido deambulando,
se topa con mi cuerpo
y se congela.

Y perdí el amor propio
y pensé por años ilusionada que no era así,
pero no es cierto,
ya no hay nada,
por mas que luche,
ya no.

No hay comentarios: