He estado escuchando canciones de amor, rememorando situaciones con el simple hecho de oír frases y melodías, recordando besos, conversaciones, caricias, piel, rememorando con canciones etapas desde el primer amor, hasta las eternas promesas sin cumplir.
Es impresionante darse cuenta cómo la memoria trae al presente variados recuerdos con el simple hecho de estimular los sentidos, he vuelto al pasado en estos días, a mi niñez y mi familia en el sur, a los pocos recuerdos que tengo de mis abuelos maternos y a las eternas vacaciones que teníamos todos los primos y amigos juntos.
He vuelto a sentir ese olor a mate de mi abuela, a churrascas o tortillas y a largas jornadas cociendo humas, he visto en la mirada de mi madre como han pasado los años y como hemos establecido rituales y consignas familiares, esas que me hacen feliz y que me alientan a seguir construyendo mi vida con el ejemplo que tengo de los Muñoz Escobar.
He recordado las largas caminatas con mi padre por calle Las Rejas para ir a ver a mi abuela, La vieja linda, esa mujer de carácter indomable, con el humor a flor de piel, las fiestas familiares y los bailoteos hasta altas horas de la madrugada, con su vaso de licor y las imitaciones entre nosotros de por medio.
Frecuentando a mi memoria en estos días he caído en cuenta de que he vivido al máximo y que he hecho todo lo que he deseado, miles de historias y anécdotas, he construido y he destruido con el pasar del tiempo. Me he visto en variados lugares estudiando desde teatro hasta música, he recordado a mis amistades y las miles de experiencias que hemos vivido.
Frecuentando a mi memoria he llorado y he temblado con los malos recuerdos, con los más dolorosos, he vuelto a sentirme como una niña frágil y vulnerable, y he vuelto a sentir en la piel el temor y la soledad.
He recordado el amor, esa sensación inexplicable desde el vientre hasta los labios; los primeros amoríos a escondidas de mi madre inventando panoramas para largarme de la casa sin dar muchas explicaciones, buscando confidentes y cómplices. Recordé esos amores muchos más grandes con fundamentos diferentes, esos de largas conversaciones, de intensas experiencias y de millones de sueños, también los amores fugaces, de segundos intensos y besos eternos, amores extraños y poco trascendentes, amores muchas veces sin amor.
Pero he tomado mucho más tiempo recordando a los amores imposibles, esos que en este tiempo me tienen pensativa y llorona, me tienen soñando despierta buscando respuestas y hasta ideas para conquistas secretas o simples encuentros que me quiten el sabor a soledad que siento. He rememorado frases, miradas, gestos, he inventado historias y finales felices y otras con finales bruscos y lastimeros, he creado personajes y declaraciones de amor, he intentado sentirme como lo he recordado pero no lo he conseguido.
Los recuerdos me invaden y contribuyo a esto mirando fotografías y contando historias con los más cercanos llenas de carcajadas y mucha nostalgia. Veo como se construyen mas recuerdos día a día con la simple sonrisa de mis sobrinos y las eternas conversaciones con mis amistades.
He recordado mi historia llena de gratas sensaciones e infinitos momentos de felicidad, ¡por la puta que soy feliz!, y eso me encanta, seguiré armando recuerdos y tejiendo historias, seguiré viviendo como quiero disfrutando de cada situación y compañía. Seguiré guardando recuerdos en mi memoria y los sacaré a flote cada vez que quiera, hoy no quiero bloquear, hoy quiero recordar!